La plataforma ciudadana ‘Tarifa No Se Vende’ denuncia el “uso partidista de la Memoria Democrática por parte de NAT”

Por un lado, ante la noticia del diario Tarifa al Día sobre la reclamación de Nuevos Aires Tarifa (NAT), en base a la Memoria Democrática, de la cesión de los terrenos del antiguo cuartel de Infantería al Ministerio de Defensa.

Tarifa No Se Vende manifiesta “el uso oportunista de la Ley de Memoria Democrática por parte del Sr. Jorge Benítez y su partido. Resulta irónico que este partido haga una interpretación interesada de la ley cuando ha demostrado una falta de compromiso político en defensa de los intereses públicos. La realidad es que mientras NAT vende un discurso de defensa del patrimonio público está permitiendo que se imponga una lógica de mercado que condena a Tarifa a depender de operaciones especulativas”.

Desde Tarifa No Se Vende “exigimos que el Ayuntamiento abandone el tacitismo político y actúe con determinación para garantizar que estos suelos sean recuperados para el interés de la ciudadanía, sin discursos populistas como el de NAT que apela a la memoria histórica, a la participación, a las viviendas y servicios que necesita el pueblo, para enmascarar sus propios intereses. Reiteramos nuestro compromiso con la defensa de un modelo de ciudad sostenible socialmente justo, donde los intereses de los ciudadanos prevalezcan sobre la especulación y la propaganda electoral”.

Por otro lado, muestra su sorpresa por el titular aparecido en un medio digital: “Un nuevo grupo inversor se interesa por el proyecto de urbanización del frente litoral de Los Lances”. En este caso, la sorpresa no radica en el interés inversor en sí, sino en la desfachatez con la que ese grupo (sin que en ningún momento se aporte información del presunto nombre de la empresa) parece considerar un estorbo la existencia de equipamientos públicos en primera línea de playa. Este hecho refleja según la plataforma “una tendencia preocupante ya que este grupo inversor, como Gran Parcela SL, no quiere las pistas deportivas, la piscina, el colegio y los institutos en el frente litoral, les estorba todo el equipamiento público al servicio de la comunidad, y no dudan en calificarlo de “una anomalía” desde su única lógica, la mercantil. Lo que para estos inversores no es anomalía es sustituir todo esos equipamientos por apartamentos turísticos pensados casi exclusivamente para inversores y turistas con alto poder adquisitivo”.

Para este grupo la prioridad no es la gente que vive en Tarifa todo el año, sino la rentabilidad de convertir nuestro litoral en un escaparate turístico más. La estrategia no es nueva y sus efectos ya son visibles: Tarifa se está vaciando de sus jóvenes a la vez que va transformándose en un parque temático. Estamos viendo cómo nuestro pueblo va perdiendo su singularidad para convertirse en un producto diseñado al gusto de los especuladores.

Lo que Tarifa necesita no es la privatización del territorio sino que se priorice el bienestar de sus habitantes. Por ello, Tarifa No Se Vende le recuerda a ese grupo inversor que el debate sobre el modelo de ciudad y su “rumbo y futuro” solo cabe entre la ciudadanía de Tarifa y el Ayuntamiento, y no con especuladores.

Y esto no significa que Tarifa No Se Vende no quiera posibles mejoras en el paseo marítimo. Las queremos, como también queremos barrios dignos, zonas verdes y equipamientos para el bienestar común: espacios para el asociacionismo, locales para la música, nuevas instalaciones para la juventud. Queremos mejoras, pero no a costa de convertir Tarifa en un mero destino turístico.

La pregunta es clara: ¿seguiremos permitiendo que el interés privado imponga su ley sobre el bien común?