Desde la atalaya: Nada es lo que parece.

 

La semana pasada terminó con un rosario de noticias que exigen de un análisis tranquilo y sereno para entender qué es lo que sucede a nuestro alrededor, porque puede ser que nada es lo que parece.

 

La caída estrepitosa del régimen de Siria aparece como un logro de las guerrillas de distinta índole y corte ideológico y religioso que luchaban contra la dinastía Al Assad. Sin embargo, el bombardeo de cientos de enclaves militares de dicho país realizado por parte del gobierno de Netanyahu viene a demostrar que bajo esa aparente revolución contra el dictador había otros intereses de geopolítica y que, por tanto, posiblemente la caída del régimen no se haya producido solo en las calles y ciudades del país, sino en despachos y llamadas telefónicas entre las grandes potencias mundiales. Nada es lo que parece y puede que el temido régimen sirio no fuese nada más que un peón en el tablero de juego de la geopolítica.

 

Por otra parte, la llegada al poder de Trump (un presidente que lo más seguro es que Valle Inclán hubiese metido dentro de la categoría de esperpento) viene precedida por un reguero de donaciones millonarias de las grandes multinacionales digitales que agasajan al futuro presidente para que su toma de posesión sea lo más pomposa posible. ¿Alguien se imagina que en un país democrático la toma de posesión de un presidente tenga que estar relacionada con grandes fortunas que ponen su dinero a disposición del personaje para ser investido en su cesarismo imperial?

 

Nada es lo que parece y quién quita que esto pueda ser el principio del fin de una sociedad con libertad de opinión. Muchos de estos multimillonarios manejan las políticas de las grandes redes sociales, de los grandes grupos de compra por Internet…es decir, de la sociedad digital. ¿Qué cantante, actor, productor de cine entre otros se va a negar a pasar por el aro con el riesgo que llevaría ser vetado en todas estas plataformas donde hoy está el mercado internacional?

 

Y justo en el país donde estos millones de dólares se ponen a disposición de la toma de posesión de un personaje trágico-cómico, muere asesinado en plena calle uno de los máximos directivos de aseguradoras médicas (porque allí la sanidad pública es casi inexistente). Tres balas con tres palabras “delay, deny, defend” (retrasar, negar, defender) vienen a mostrar que la desigualdad y las políticas que las provocan solo producen odio y malestar que puede ser incontrolable. La aseguradora para la que trabajaba la persona asesinada (con un salario de 10,2 millones en 2023) generó 371.000 millones en ingresos ese mismo año. Según el portal BBC.com la aseguradora tenía demandas por fraude, entre otras “acusaciones de supuesto tráfico de información privilegiada para obtener ganancias en la bolsa”.

 

Y es que muchas veces no se valora lo que se tiene como una sanidad pública y universal, que corre el riesgo de desaparecer en nuestro país, tal y como denuncian los colectivos de “mareas blancas”. El empeño neoliberal del PP en privatizar servicios esenciales para obtener beneficios económicos no deja de ser un paradigma que, por mucho que se explique, le cuesta comprender a esos sectores sociales a los que más perjudica. Porque nada es lo que parece.

 

Vender el modelo de que la economía va mejor con medidas neoliberales o la ley del mercado es un dogma que esta semana ha caído o debería haber caído con la noticia recogida por algunos medios de comunicación en la que, según “The Economist”, España es la mejor economía del mundo en 2024. Entre los factores que favorecen este crecimiento están los altos niveles de inmigración que aumentan el PIB, lo que desmonta otro bulo de los neoliberales y su fobia a las personas migrantes.

 

Todo ello tiene aún más valor si lo enclavamos en un proceso de continuas crisis (pandemia, guerra Ucrania, inflación zona europea, etc.) que han sido afrontadas con políticas de protección a los más vulnerables, mejoras en los derechos laborales, incremento pensiones y salarios, aumento salario mínimo interprofesional, etc. Todas ellas, medidas muy distintas a las aplicadas por el PP en 2008 con la crisis financiera cuando congeló sueldos a funcionarios y pensionistas, quitó pagas extras, subió el IVA, disminuyó el seguro de desempleo… entre otras medidas que tuvieron como consecuencia el empobrecimiento de, al tiempo que rescataba a la banca con el dinero de todos.

 

Sin embargo, los medios de comunicación españoles con un claro sesgo neoliberal no paran de vender que la política de Milei en Argentina ha logrado reducir las grandes cifras macroeconómicas negativas. Por supuesto, no aclaran que ha sido con la venta del patrimonio y sobre todo con un aumento de la pobreza. Porque, ¿quién duda de que en determinados modelos de sociedad puedan existir los mayores niveles de riqueza junto a los de mayor pobreza? Privatizar, vender lo público, etc., pueden ser formas de obtener recursos a corto plazo, pero sin duda generan una sociedad mucho menos solidaria, más individualista, preocupada solo por la ganancia material, etc.

 

Por ello, cuando a nivel local “Tarifa al Día” da la primicia de que suenan cantos de privatizar servicios desde el ayuntamiento, la gente se debería plantear a qué responden realmente esas políticas, porque, como queda demostrado, nada es lo que parece.

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Lola Esparza
Lola Esparza
Visitante
3 meses

Que tendrá besa Granparcela…
Eh Benítez?