
Parece ser que la opinión “Desde la Atalaya” sobre el último pleno no fue entendida como tal. Aclarar que una opinión está basada en lo que se escucha y ve en el transcurso de ese acto, pero puede que otros tengan otra. El pleno y lo que dijeron algunos de los gobernantes y las actitudes que mostraron da para seguir opinando. Y es que las incongruencias del gobierno local se suceden a lo largo del mismo como una cascada.
Nada más iniciarlo, se sucede la propuesta de aprobación de varios reglamentos y se muestran muchos de ellos como la panacea para los problemas del pueblo. Llama la atención la defensa que tanto PP como NAT hicieron del reglamento de protocolo oficial. Para el PP, parece que este documento es esencial para “reforzar la identidad institucional y garantizar solemnidad y coherencia en cada acto”. Palabras vacías que quedan en casi nada cuando se escuchan las del concejal socio de gobierno decir: “No es una cuestión simplemente de mero formalismo, ¿vale?, sino que, que, bueno, es una estrategia estratégica de gestión institucional para garantizar, pues, el orden, la legitimidad y, por supuesto, pues la eficacia en la vida pública”. Ahí es nada, un galimatías a lo que se podría añadir “chimpúm”. Y en esta prioridad está el equipo de gobierno, que da mucha importancia a este protocolo y olvida la calidad de la atención educativa de los niños y niñas.
En este inicio de pleno se aprobó, también, el Reglamento Orgánico Municipal del Ayuntamiento de Tarifa. En su presentación, el alcalde afirmó: “Supone un gran avance respecto al anterior, introduce una regulación más clara y justa de los debates y tiempos de intervención, refuerza la transparencia, la participación ciudadana y los mecanismos de control democrático, incorpora el voto telemático y moderniza la regularización de los grupos municipales; en definitiva, es un reglamento más adaptado a la realidad actual que fortalece la democracia”. Sin embargo, este deseo de facilitar la participación en la vida pública queda en entredicho cuando se observa la práctica del PP y su socio en el ejercicio del poder y que muestra lo contrario. Por citar algunas cuestiones, durante todo el pleno hablan de recortar el tiempo de los ruegos y preguntas. Esta parte puede que sea la más dinámica e interesante, pues es cuando se elevan muchas cuestiones que la ciudadanía plantea a través de los grupos de la oposición. Y en esas están.
El gobierno local plantea un reglamento para regular el funcionamiento, pero no son capaces de respetar el orden legal de intervención de los grupos municipales (de menor a mayor número de representantes). Así, y como quien no quiere la cosa (o como diría el Chavo, “fue sin querer queriendo”), el concejal de Nuevos Aires habla fuera de turno no una vez, sino todas las veces, y lo usa para arremeter contra el portavoz del PSOE.
También, al tiempo que hablan de regular y facilitar la participación, este gobierno local pone los plenos a horas a las que no pueden asistir los concejales y concejalas que, por motivos de trabajo, ven limitada su participación. Y, tan letrados que son para algunas cuestiones, olvidan que ya la Ley para el Gobierno económico-político de las provincias de 1823, en su artículo 31, propone facilitar la participación ciudadana en los plenos. Concretamente, para los plenos donde se trataran los presupuestos, las sesiones se debían hacer “en días festivos a puerta abierta, a una hora cómoda y anunciándolo al público con la anticipación de tres días para que los vecinos puedan concurrir, enterarse y representar sus alegaciones donde correspondieran”. Hace dos siglos y ellos aún sin facilitarlo.
También se aprobó el plan territorial de emergencias de protección civil de ámbito local, un documento necesario apoyado unánimemente. El alcalde explicó cómo el nuevo plan territorial y de emergencia local “constituye, en definitiva, el manual de referencia en materia de emergencias municipales, un instrumento clave para prevenir, organizar y responder ante cualquier situación”. Aplicando el razonamiento del portavoz de Nuevos Aires (para restar importancia a la revisión de los documentos urbanísticos), este documento no impedirá que haya incendios u otras emergencias; lo que servirá es para estar prevenidos. Por ello, no se entiende que la petición de revisión de los planes de urbanismo sea considerada por el portavoz de NAT como un mantra. Y dice sin ningún pudor que su revisión no solucionará los problemas; evidentemente no, pero servirá para disponer de suelo en sus distintos usos y, sobre todo, para que no haya pelotazos urbanísticos a capricho de la especulación.
Y, como guinda, un dato que se pudo ver en el turno de ruegos y preguntas. La intervención de la concejala del PSOE preguntando a la concejala de NAT si conocía todas las actuaciones hechas por el anterior gobierno en la piscina mostró el nivel de la gobernanta. La respuesta fue: “Yo no quiero tener conocimiento de lo que usted ha hecho porque no me interesa, porque a la vista está”.
Todo esto se dijo en el pleno y aún muchas cosas más que, quizás, den lugar a otra opinión. Y es que algunas personas deberían recordar más frecuentemente eso de «es mejor ser dueño de tu silencio que, esclavo de tus palabras».
Me da vergüenza ajena ver el comportamiento de los miembros del equipo de gobierno en los plenos. Parece que los an elegidos a dedo por la ciudad. Quieren hacer o intentar hacer y buscar o arreglar problemas de la ciudad y bajo mi punto de vista no están capacitado y les queda grande.