Trump es un personaje que, posiblemente, pase a la historia como otros muchos excéntricos personajes que, desde la noche de los tiempos, generaron más de una controversia. Desde emperadores romanos denostados por sus coetáneos hasta actuales dictadores enmascarados, son gente que ha mostrado entre sus características su falta de empatía o humanidad. Para ello, no han dudado en usar el poder, no para crear; más bien, para destrozar. A pesar de ello, no faltaron quienes esgrimieran la historia del vaso medio lleno o vacío. Así, por ejemplo, cuando los nazis (con Hitler al frente) asesinaron a millones de seres humanos en campos de exterminios, hubo quienes participaban de ello. Al mismo tiempo, otras muchas personas quedaron impactadas y aterrorizadas por el nivel de crueldad que puede alcanzar el ser humano.
En estos días se nos presentan tantas incertidumbres de los gobernantes mundiales que enumerarlas sería interminable. Incluso se ha unido la del meteorito. Y como si les cayese un meteorito encima han tenido que parecerles los despidos a miles de trabajadores y trabajadoras del sector público estadounidense. Y es que Trump, como buen rencoroso, las guarda bien. Esta gente que va de víctimas cuando son verdugos suelen tener fichados a quienes no les baila el agua. En este caso, ha empezado por quienes investigaban sus delitos ya demostrados y sus conexiones con otros posibles delitos. Hemos podido leer noticias donde se explicitaba como “El presidente estadounidense, Donald Trump, ha ordenado este martes al Departamento de Justicia que despida a todos los fiscales federales que queden de la Administración del demócrata Joe Biden”.
En esta dinámica ha seguido iniciando la expulsión de sus trabajos a otras muchas personas. Las agencias y administraciones más afectadas, cómo no, están relacionadas con sectores sociales más desprotegidos. El concepto de pauperismo se pone, lamentablemente, de moda con motivo de visualizarse modelos sociales plenamente liberales, donde los recursos producidos por el conjunto de la sociedad son acaparados por unos pocos. Es lo que hay, pero seguro que, como en otros momentos históricos, el conjunto de la gente sabrá reaccionar.
Para realizar estas actuaciones, en mi opinión, sólo hay que tener muy poca consideración hacia los demás. Y ello me lleva a pensar que estos individuos son solamente depredadores de su propia existencia. Qué desdicha más grande debe sentirse cuando tus energías y tu acción solamente van dirigidas, por ejemplo, a enriquecerte de cualquier forma o hacer daño a otros seres humanos. Esto último es aún más ruin cuando se ignora o no se es sensible a que cada una de esas personas tiene unas circunstancias vitales que deberían ser tenidas en cuenta, porque al fin y al cabo algún día cualquier persona se podrá ver en una situación similar y gustará disfrutar de la comprensión y empatía de los demás. Y es que, tanto en política interna como en política exterior, el nuevo gobierno trumpista está dejando descolocado a propios y extraños. Ya hay ex-altos cargos republicanos que han hecho sonar la alarma. Estas paradojas no sólo se dan en las altas esferas de la política. También pueden ocurrir a niveles más cercanos. Sirvan estos datos para comprender que hay distintas maneras de gobernar.