El concejal Fran Fernández Parras (AT) reprocha en una irónica carta al consejero de Sanidad que desmantele la Unidad de Quemados del hospital Virgen del Rocío dónde le curaron
“¿Cómo se le ocurre a usted dar la noticia de "desmantelar la Unidad de Quemados"? ¿Sabe usted lo qué se pasa ahí? ¿Sabe usted lo qué hacen por las personas que desgraciadamente se queman sus profesionales? (…) ¿Cree que solo se queman 4 personas? Lo digo porque solo pretende dejar 4 camas mientras, la desmantela... pues nosotros nos quemamos 8, del tirón, en el mismo accidente”.

El concejal de Adelante Tarifa, Fran Fernández Parras, víctimas junto a otros 7 compañeros, dos de ellas, Sara y Mariluz muertas por la explosión de un transformador de ENDESA, reprocha en una carta irónica al consejero de Sanidad que desmantele la Unidad de Quemados del hospital Virgen del Rocío dónde junto a otros de sus compañeros víctimas del suceso le trataron y curaron.
Se trata de un testimonio, que hemos querido incluir no en la sección de noticias, sino en la de noticias, porque desgraciadamente es noticia, que desde una administración pública se recorte en necesarios servicios, fundamentales para que como en el caso de todas las víctimas tarifeñas, puedan recuperarse y o al menos continuar luchando por mantener una vida normal que la negligencia de una multinacional eléctrica, -y así lo señalamos, porque si bien somos objetivos no podemos ser imparciales en este asunto- les intentó arrebatar.
A continuación el texto íntegro de Fran Fernández Parras:
"A la Consejería de Salud y Familias de la Junta de Andalucía y al consejero de sanidad de la Junta de Andalucía, Jesús Aguirre
Mi nombre es Francisco José Fernández Parras, vecino de Tarifa, Asesor Fiscal y gran quemado. Sufrí un accidente laboral el pasado 5 de agosto de 2017, junto a mis compañeros, mientras cenábamos antes de comenzar el turno de cenas en el hotel 100% Fun de Tarifa. A eso de las 19.30, explotó un transformador, el 29272 de Endesa, "achicharrándonos" vivos, una de las peores cosas que me ha pasado y creo y espero que me pasará el resto de mi vida.
¿Sabe usted lo que duele que le caiga una gota de aceite hirviendo en alguna parte de su piel mientras se está friendo un huevo?
¿Sabe usted lo que duele, que le caiga líquido a más de 100 encima?
¿Sabe usted lo que puede llegar a hacer un simple vapor de una plancha mientras se está planchando su camisa para ir al consejo de ministros?
Las quemaduras están ahí, en el día a día, y, también me incluyo, muchas personas ni sabemos la importancia que tiene nuestra piel y lo peligrosa que puede llegar a ser una quemadura.
Y es por ello, por lo que, aquel "día 5" (lo pongo entre comillas y ahora verá usted el por qué), supe la importancia de todo ello.
Me quemó un aceite proveniente del transformador, que salió por las rendijas de ventilación, a una temperatura de más de 150º. Todo el cuerpo. De cabeza a tobillos, traducido a un 75% de mi superficie corporal.
Salí corriendo de aquel infierno unos 400 metros, hasta dos hoteles más desde el que provenía. La gente no sabía como ayudarme, suerte que había allí un par de enfermeros, que algo pudieron hacer y no saben lo que se lo agradezco.
La ambulancia tardó, perdón, ¡las ambulancias! Porque fuimos 8 personas las que nos "achicharramos". No me gusta usar esa palabra, pero así fue.
Me trasladaron al Hospital Punta Europa de Algeciras, el más cercano. Obviamente, los 8 fuimos cada uno a un hospital cercano diferente, sin embargo, ¿dónde acabamos todos? En el Hospital Universitario Virgen del Rocío, a excepción de mi querida compañera Sara, que no tuvieron opción a trasladarla del Hospital Puerta Del Mar de Cádiz.
Es allí cuando, me meten en quirófano y les dicen el notición a mis padres de que, quizá duraría 48 horas, que mi estado es demasiado grave.
Los propios profesionales de las quemaduras. ¿Piensa usted que hubiese sido de mi si esa Unidad de Quemados no existiera?
En definitiva, y explicando las comillas del día 5 anterior, el 28 de agosto desperté de un coma inducido. 23 días más tarde abrí los ojos, vi a mis seres queridos, recordaba todo y me dijeron que estaba aquí no sabían explicarse muy bien el por qué.
Estuve en UCI hasta el día 5 de septiembre. Ese día me subieron a la Unidad de Quemados, que aprovecho y le digo la visite, ya que los profesionales son tan increíbles, que sus instalaciones dan pena. A eso me referiré más adelante
El día, 5 de septiembre, subí a la unidad. Allí estuve hasta el 23 de noviembre. 15 operaciones, curas cada dos días de horas. Dolores. Primeros pasos. Aprender a comer por ti mismo. Aislado completamente. Ves a tus seres queridos por cristales. ¿En qué se traduce todo eso? Que el personal, desde los celadores hasta los cirujanos se convierten en tu familia.
Y es, por ello, entre otras cosas, que la profesionalidad de los que allí trabajan supera niveles inimaginables en el sector sanitario.
Mi cama era INCOMODÍSIMA y allí pasaba horas y horas porque NO ME PODIA MOVER, NI UN SOLO DEDO, DEL DOLOR TAN FUERTE QUE SE SIENTE. Una persona quemada, desde los tobillos hasta la cabeza, con una cama el siglo pasado. Unas butacas, que te sentabas y parecía que estabas sentado en hormigón... eso hacía que tuviésemos que comprarnos unos cojines de ortopedia. Y podría seguir... incomodidades, para una de las unidades de quemados de referencia de nuestro país (para mi la mejor sin duda alguna).
¿Como unas personas, de carne y hueso, como usted y como yo, han conseguido darle vida a un muerto viviente que solo iba a durar 48 horas?
¿Cómo se le ocurre a usted dar la noticia de "DESMANTELAR LA UNIDAD DE QUEMADOS"? ¿Sabe usted lo que se pasa ahí? ¿Sabe usted lo que hacen por las personas que desgraciadamente se queman sus profesionales? ¿Sabe usted que la Unidad de Quemados del Hospital Universitario Virgen del Rocío engloba Islas Canarias, Ceuta, Melilla y Andalucía? ¿Cree que solo se queman 4 personas? Lo digo porque solo pretende dejar 4 camas mientras, la desmantela... pues nosotros nos quemamos 8, del tirón, en el mismo accidente.
Señor consejero de Sanidad, perdone si me he alterado a la hora de escribirle, pero cuando usted sepa lo que se siente al quemarse la yema de un dedo con aceite, igual comprende el dolor que puede pasar una persona que se quema todo el cuerpo y que, desgraciadamente, son muchos los andaluces que han pasado por ahí y que, tristemente, seguirán pasando, porque el fuego, la electricidad, el vapor... nos rodeamos de cosas que queman, y usted no puede, no debería, desmantelar esa unidad, sino mejorarla, en cuanto a material, mobiliario, porque de profesionales, esa unidad va sobrada de talento y cariño.
Reconsidere no desmantelar la Unidad y darle más vida, más vida de la que merece señor consejero.
Atentamente, un chico que con 23 años casi muere quemado y lo salvaron en el Virgen del Rocío".