La información de la desinformación está separada por una sutil línea que es fácil de traspasar. La objetividad deseada en la elaboración de la noticia es una entelequia; los enfoques de un hecho pueden ser múltiples. Así ha sido y es en los grandes medios de comunicación y en los pequeños, y hoy aún más con las redes sociales.
Como dato más reciente que corrobora esta afirmación tenemos la nota de prensa publicada el día 8 de noviembre en un diario comarcal, sobre un proyecto de construcción de viviendas. Tarifa al Día, igualmente, dio a conocer la noticia bajo el titular “Nuevos Aires anuncia la construcción en la zona del antiguo matadero de 97 viviendas sociales en régimen de alquiler”, mostrando, al mismo tiempo, que dicha nota de prensa salió del partido minoritario del gobierno local y no del gabinete de prensa municipal.
Pues bien, la nota de prensa salió un día antes de la concentración promovida por la plataforma “Tarifa no se vende” para reclamar el derecho a la vivienda (como también se hizo en múltiples lugares de España, especialmente los más asfixiados por la turistificación). Por ello, no sabemos si fue casualidad de fechas o causalidad. Es decir, la manifestación anunciada muchos días antes fue la causa de la nota de prensa.
Lo cierto es que, como era de esperar, la noticia se movió por las redes sociales, que, en buena medida, podía ser el objetivo final. Así, escondiendo bajo el titular “El Ayuntamiento de Tarifa proyecta 97 viviendas sociales para alquiler con precios asequibles”, la opinión pública conocía por boca del portavoz de Nuevos Aires (que se saltaba al propio alcalde en un tema tan sensible) la construcción en la zona del antiguo matadero de 97 viviendas sociales en régimen de alquiler. Aunque cuando se lee el cuerpo de la noticia o la letra pequeña, se ve que la financiación está aún más que en el aire.
Y es que, posiblemente, se haya buscado un efecto más de notoriedad en ese día previo a la concentración que explicar realmente y de forma seria qué se está haciendo desde el gobierno local en materia de vivienda. El tema es tan importante que cualquier proyecto que se presente en este sentido debería hacerse de manera oficial por el gobierno local (no por un partido que lo integra) y, sobre todo, con la presencia del alcalde, cuya imagen quedó desdibujada en la nota de prensa.
Esta noticia fue compartida a las 8 y cuarto de ese día por el muro de Facebook del partido localista con la siguiente entrada: “Jorge Benítez anuncia la construcción de 97 viviendas sociales en régimen de alquiler”. Aproximadamente dos horas después, el muro de la derecha tarifeña hizo un resumen de esta misma nota de prensa. Con una entrada que empezaba diciendo: “Desde el Partido Popular cumplimos con nuestra palabra y avanzamos en soluciones reales de vivienda para Tarifa”. La derecha tarifeña parecía devolver el golpe a su socio de gobierno, sin mencionar, claro está, al ínclito primer teniente alcalde.
Una imagen que, sin duda, demuestra la importancia que para los grupos políticos tienen las redes sociales. Y no es para menos. Sabemos que en las elecciones estadounidenses, el dueño de X ha jugado un papel fundamental para arrimar el voto de hispanos, afroamericanos y mujeres al trumpismo, lo que se ha traducido en la victoria de Trump y el aumento de la riqueza del dueño, entre otras empresas, de Tesla.
Algo similar hemos podido ver en los mensajes de conspiranoicos y de extrema derecha que, lamentablemente, aprovechando la tragedia de Valencia, se han lanzado a emitir bulos con la intención de crispar aún más los ánimos y, sobre todo, de hacerse un poco más famosos. Lamentablemente, hay gente que (no terminamos de entender las razones) da más crédito a estos personajillos esperpénticos que a los científicos y profesores universitarios que alertan sobre las causas verdaderas de lo que está pasando con el clima y las lamentables consecuencias que puede tener.
Y esto no pinta nada bien, porque no cabe duda que una sociedad dispuesta a consumir bulos y basura informativa es una sociedad que se mata a sí misma. Hoy más que nunca se hace necesario concienciar en elegir entre información o basura desinformativa.
Aceptamos que la gente es lo suficientemente inteligente para discernir entre bulo y veracidad? O sólo los medios con marchamo del Pravda son fiables? Es, en última instancia, el pueblo TONTO?