Desde la atalaya: Deseos y Realidades

Se acerca el final de las fiestas navideñas, y aún por estas latitudes la festividad de los Reyes Magos sigue siendo la jornada por excelencia dedicada a los más pequeños: a los niños y niñas. Aunque, también, a los mayores les agrada recibir algún regalo en estos días.

 

La mayoría de los municipios preparan a partir de la entrada del Año Nuevo una serie de actividades que, como una precuela, vienen a anticipar la llegada de los Magos de Oriente. Así, al cartero y al heraldo real se han unido en los últimos años la presentación de las estancias de los Reyes Magos u otras actividades relacionadas con esta efeméride.

 

En Tarifa, también desde hace unos años las autoridades locales han apostado por engrandecer esta fiesta y han encontrado un marco inmejorable para ello. Nos referimos al Castillo de Guzmán. Este año, nuevamente, los más pequeños y los no tan pequeños han podido visitar las dependencias donde los Reyes Magos pernoctan en nuestro pueblo.

 

La apuesta para que la infancia tarifeña disfrute de esta fiesta es clara y notoria. Obviamente, ello podría indicar la preocupación de las autoridades por este sector de población. Sin embargo, otros hechos podrían manifestar todo lo contrario. Preocuparse por la infancia no debería quedar sólo en determinadas fechas o momentos. Algunas autoridades preocupadas por la infancia de su pueblo o ciudad deben establecer estrategias y mecanismos que garanticen a los niños y niñas los derechos básicos acordes a las necesidades de los tiempos. Lamentablemente, este año la infancia tarifeña ha perdido o ha visto disminuir la atención de algunos de sus derechos. Concretamente, en materia educativa en este curso escolar 2023-24 los niños y niñas de nuestro municipio (y muy especialmente aquellos que pueden presentar necesidades específicas de apoyo educativo) han visto reducir el tiempo de los especialistas que trabajan en los equipos de la orientación incluso en un 50 por ciento con respecto al tiempo que se empleaba en el curso 2022-2023.

 

Y no es que no se haya mostrado la necesidad de que este servicio se mantuviera, al menos, como estaba hace un año, ya que se ha presentado y aprobado en pleno una moción conjunta por todos los grupos políticos pidiendo a la Consejería de Educación que rectificase y se corrigiera este agravio comparativo de los niños y niñas tarifeños con respecto a otras zonas.

 

Sin embargo, frente a la propaganda que se les da a otras cuestiones como las festivas, las autoridades locales no le han dado el eco que esta situación merece. Y esto puede deberse, entre otras cuestiones, a que al gobierno local conservador realmente no le importa y no ha exigido con contundencia a su partido que gobierna en la Junta de Andalucía que rectifique y no aplique los recortes que perjudican al alumnado tarifeño. O también puede ser que su partido en Cádiz no le hace caso y su petición como gobierno ha caído en saco roto.

 

Por eso, en mi carta de Reyes Magos, entre mis deseos pediría que el próximo curso escolar 2024-25 Tarifa pueda contar con un equipo de orientación como que merecen los niños y niñas del municipio. Aunque si este deseo fuese compartido por más gente y se pidiera como un derecho, quizás sería más fácil que se hiciera realidad.

 

1 comentario en «Desde la atalaya: Deseos y Realidades»

  1. Es una pena que el Gobierno Local no apueste por potenciar la presencia del orientador u otro tipo de profesionales que ayuden al alumnado a superar las dificultades que se encuentren por el camino.

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