Ni lo han quitado, ni lo han robado, ni lo han dejado morir… el Toro de Osborne se ha reconstruido y en breve coronará su dehesa

La familia Tejada (encargada de su mantenimiento) ha fabricado un nuevo Toro, debido al mal estado del retirado. Una característica valla de 14 metros de altura, 4.000 kilos de peso, 150 metros cuadrados de superficie compuesta por 70  planchas metálicas y 1.000 tornillos

 

La Fundación Osborne (que tiene como objetivo el preservar y difundir el patrimonio histórico de la firma bodeguera) tiene bajo su marco la propiedad y mantenimiento la figura tan “tyipical Spanish’ como sin duda alguna es el Toro de Osborne, (diseñado en 1056 por Manolo Prieto) y sello identitario de la bodega, ha confirmado a este diario que el toro -que corona una de las colinas cercanas a la ELA de Facinas en el término municipal tarifeño- ha sido reconstruido y será colocado en breve en el mismo lugar del que fue retirado hace algunas semanas por su estado ruinoso.

Desde 1957 los Toros de Osborne forman parte del paisaje de toda la geografía española (el primero se colocó en Cabanillas de la Sierra en Madrid) donde se derraman los pueblos y cercanos a la carretera. Alejados algunos metros de su emplazamiento inicial después que una normativa de la Dirección General de Tráfico en 1.988 pusiera en riesgo la continuidad de los toros como paisaje decorativo. El asunto no fue baladí, Tráfico entendía que las publicidades en las carreteras distraían a la conducción y determinó eliminarlas. Sin embargo, Osborne, e incluso voces de la ciudadanía de los pueblos y alcaldes donde se localizaban se opusieron. La cosa degeneró en un litigio que duró hasta 1.997, cuando el Tribunal Supremo determinó “indultar” a los Toros de Osborne. El asunto se solucionó retirándole la marca, a alejándolos aún más (en 1962 fueron 20 metros, y en 1974 hasta 50 metros) de las carreteras y consiguiendo para muchos de ellos la declaración de Bien de Interés Cultural.

En Tarifa, siendo alcalde Antonio Ruiz Jiménez, en sesión plenaria el Consistorio aprobó ceder una parcela y facilitar un espacio de monte público para recoger en el mismo todos los Toros que fuesen retirados de las carreteras y convertir la parcela en un museo y lugar de interés cultura. El asunto no fue a más porque finalmente los toros no se retiraron e incluso algunos de ellos pasaron a ser Bien de Interés Cultura, (BIC) lo que les otorga una protección añadida.

El Toro de Osborne de Tarifa se colocó en 1986, en una loma al sudeste de Facinas, a unos 700 metros del punto kilométrico 67 de la N-340 (en el km 70 se emplaza la botella de Tío Pepe, cercana al cruce de Bolonia). Como todos los Toros, el emblema mide 14 metros de altura, pesa 4.000 kilos y tiene una superficie de 150 metros cuadrados compuesta de 70 planchas metálicas y 1.000 tornillos.

El taller de la familia Tejada, que es el taller donde históricamente se reparan y llevan el mantenimiento de los 92 toros repartidos por toda la geografía española (llegó a haber 200), más de una treintena localizados en la comunidad autónoma andaluza, acaba de finalizar la construcción de la nueva valla y se está a la espera de que las condiciones climatológicas sean las apropiadas para su nueva instalación en el mismo emplazamiento, según confirmó a este diario, el director de la Fundación Osborne, Iván Llanza. De hecho, Llanza ha confirmado que el Toro de Tarifa “es la valla que más se ha reparado en la historia del Toro de Osborne debidos a las condiciones meteorológicas (fuertes vientos) de la zona.

En los últimos meses la fundación había realizado varios diagnósticos de la valla original determinado la necesidad de sustituirla por una nueva. Los diferentes análisis de la estructura, la compra de materiales el transporte y el estudio del terreno, han alargado el tiempo en el que este símbolo tan español.

Llanza ha confirmado que el Toro de Osborne “volverá a campar por los montes de Tarifa en próximos meses y nos ha facilitado en exclusiva un documento gráfico de gran valor documental como es un boceto a mano donde se ilustra el detalle con el que se hacía el trabajo de buscar cada ubicación y que ha hecho que los Toros 65 años después sigan estando en unas localizaciones inmejorables (con muy pocos los que hemos tenido que reubicar)”, señala Llanza.

Así que ciudadanos, todos los que os habéis preocupado porque había sido retirado, incluso algunos sin conocimientos, ni certeza habían llegado a afirmar a través de numerosas e imprecisas aseveraciones sobre el destino de esta iconografía característica del país, y del propio paisaje tarifeño donde comparte dehesa con gigantescos molinos de viento, no se preocupen. Porque… ya ven, ni se había escapado, ni lo habían robado, ni lo habían eliminado, ni lo ha dejado morir… el Toro de Osborne se ha reconstruido para que siga formando parte de nuestro propio municipio.